martes, 17 de junio de 2014

¿Cuál es el color de la ilusión?




El otro día tuve la suerte de asistir a la “1ª Jornada de la Ilusión”, que condujo la mano experta de la psicóloga Lecina Fernández Moreno, especialista en ilusionar. Allí me enteré de que el amarillo es el color de la ilusión, de que se está promocionando el 11 de noviembre como Día Europeo de la Ilusión, y de que hay una planta que se llama la flor de Ilusión (Gypsophilia paniculata).

¿Sabías que la acepción positiva de este bonito término solo existe en español? Ilusionarse, entendido como entusiasmarse, motivarse por algo, es cosa de nuestro idioma.

Antes de seguir leyendo, unas cuestiones sobre las que pensar: ¿Cuál o cuáles son tus ilusiones? ¿Qué es lo que te hace ilusión en estos momentos?; ¿Esa ilusión te da fuerza? ¿Te motiva cada día? (si no es así, y si no hay nada que te mueva en estos momentos, recuerda la última vez que te sentiste ilusionado).

¿Cómo te levantas cada mañana, cuando hay algo que te motiva?

La ilusión, un término con varios sentidos


Y es que podemos darle tres significados a este término. Uno de ello, el de “imagen sugerida por los sentidos que carece de verdadera realidad” (por ej.: la ilusión óptica); otro, la de esa “esperanza que carece de fundamento en la realidad” (ej.: se hizo falsas ilusiones); y el último, el concepto español que asocia el término ilusión con  el “entusiasmo, alegría, ganas de“, es decir, con esas emociones, pensamientos, actitudes y sentimientos que nos impulsan hacia lo que cada uno deseamos.

Es un motor, una fuerza, una motivación. La ilusión nos adentra en el mundo de los sueños y, en especial, en el de la imaginación. Pone en contacto nuestro presente con nuestro futuro, con un futuro prometedor. No rechaces tus sueños. ¿sin la ilusión el mundo que sería? decía Ramón de Campoamor.

Vivir con ilusión


No es extraña la expresión “recuperar la ilusión”. Su ausencia nos conduce a despertares difíciles de afrontar. Levantarse cada mañana sin sentir ilusión por nada, nos lleva a vivir un poco “a la deriva”.  Tener ilusiones ayuda a afrontar los retos y las dificultades. Es por esto que todos buscamos esa sensación vital que da el sentirse ilusionado o el tener ilusiones.


"Mi mayor ilusión es seguir teniendo ilusiones” 
José Narosky.


En coaching hablamos de “empoderar al cliente”, de ayudarle a encontrar ese algo que le de fuerzas para luchar por un objetivo, para afrontar un cambio que da miedo, para romper con aquello que no le hace feliz, y todo ello, hacerlo con ganas y con entusiasmo. Sentirnos empoderados abre la puerta a conectar con esa ilusión motivante que nos permite:

  1. Creer en nuestros sueños.
  2. Sentirnos capaces para poder diseñarlos, para hacerlos realidad.
  3. Emprender aquellas conductas que nos conducen hacia ellos.
  4. Ser perseverantes y estar comprometido con mis sueños.
  5. Mantener la esperanza, a pesar de las dificultades que encontremos.
  6. Y hacer el camino con ganas y alegría.


Manifiesto por la ilusión


El grupo ONCE promotor de la propuesta de crear un día de la Ilusión, el 11 del 11, ha redactado el Manifiesto por la Ilusión, del que me quedo con esta frase:

“Declaramos que la ilusión es buena y poderosa para el ser humano porque hace que surja el talento por el que mostramos al mundo todo lo que somos capaces de hacer para mejorarlo”.

Esa ilusión, la que potencia mis capacidades, la que tira de mis talentos, la que saca lo mejor que llevo dentro, es la que me llena de fuerza para luchar por aquello que deseo. Y es la que, como coach, intento que encuentren mis clientes.

¡Espero que tú también encuentres ese "potencial de energía que llevas dentro, que te hace único, que activa lo mejor de ti mismo y te impulsa a lograr tus sueños"!

Así es como nos invita Lecina Fernández a descubrir la ilusión a través de su web:





2 comentarios:

  1. El campo de las ilusiones es ilimitado y nunca olvidado, parece ser no tener un verdadero fin.
    Eso es lo que muchas personas te pueden contestar, pero craso error, el campo de las ilusiones tiene un verdadero enemigo que no lo logra vencer.
    Es, ese, que inexorablemente avanza cual trabajadora termita destruyéndolo ,y el campo de las ilusiones se va quedando vacío, ya que los años avanzan, y las personas se les olvida que en su día tuvieron muchas ilusiones ,y algunas, del baúl de los recuerdos no consiguieron salir, porque la persona no tuvo tiempo no dándose cuenta que se les podía extinguir.

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    1. Interesante comentario José. Gracias por tu visión sobre el paso de la vida y el enemigo de las ilusiones.

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